“Y el Rey les dirá: en verdad vos digo que  cuanto hicisteis a uno de estos hermanos  míos más pequeños, a mí me lo hicisteis”  Mt 25:40 Que hago Contacto Utilidades

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También estudié Ciencia y Arte Heráldica, por lo que soy heraldista certificado y miembro de la Heraldry Society. La heráldica no constituye un trabajo que le permita a uno ganarse la vida, pero eso sí que “era para mí”, todavía me gusta y lo he mantenido, atendiendo a eventuales proyectos y dando conferencias.


He tenido algunos clientes de altísima relevancia, pero fueron casos muy esporádicos.

En 1983 mi esposa y yo decidimos hacer nuevos proyectos de vida. Por esa ocasión estábamos viviendo en Rio de Janeiro y decidimos retornar la familia a Europa, de adonde había emigrado.

El nuevo proyecto consistió en establecer una empresa para el desarrollo y producción de software comercial en Gibraltar, atraídos por el canto de sirena de una legislación favorable a las actividades offshore para la exportación y en donde llegamos coincidiendo con la reapertura de la frontera. Vendimos propiedades allí para poder invertir en Gibraltar.


Pero las cosas no salieron bien de comienzo y tuve que hacer toda clase de cosas mientras aguardaba por la solución de los imprevistos: lavar platos, limpiar retretes, signwriting y


La arquitectura, después de tantos disgustos en el medio de peleas entre clientes, constructores y autoridades de obras, ya estaba olvidada. En las últimas casi dos décadas no había hecho más que un par de trabajos mediocres. No es que, como había dicho antes, eso no era para mi, como que juré nunca más querer saber de nada que pudiese “oler” a arquitectura. Fue cuando abracé mi nueva carrera en informática. Pero…


En Gibraltar fue donde aprendí en la práctica por qué no se debe decir “de esa agua no beberé”.

Una vez pasada la fase inicial de turbulencias por fin puede volver al proyecto inicial, el desarrollo del software comercial. La compañía constituida se llamó ITC – International Technology Centres. Paralelamente, con la inversión de varios amigos abrimos el Computer Centre of Gibraltar en Cumberland Road, en una tienda de 2,000 pies propiedad del fallecido Peter Morello. Allí fuimos agentes locales para las computadoras APPLE, BBC, NEC, PSION y otras marcas. También teníamos un contrato con el Gobierno de Gibraltar para darle mantenimiento permanente a las computadoras de todas las escuelas.


Todo eso resultó en un perjuicio de cerca de un cuarto de millón de libras, terminando por pasar vergüenza frente a muchos de los que me prestigiaron y ayudaron y a quienes les fallé. Pasé por un “calvario” que solo conseguí soportar gracias a Dios y a la ayuda de mi querida, fantástica, maravillosa esposa.

Cuando todo ya estaba irremediablemente perdido, sin solución e iba a terminar en la calle con toda mi familia, entró en escena la mano de Dios. Una noche, a altas horas yo estaba deambulando por las calles como un zombie, sin rumbo o propósito, esperando que todos en mi casa ya estuvieran durmiendo. La única razón de estar ahí a aquellas horas era el miedo y la vergüenza de volver a casa por falta de valor para contarle a mi familia el riesgo inminente que ignoraban estar corriendo todos.

Fue entonces que una de esas noches me crucé con una persona que, pasados unos diez o quince metros se paró y me llamó por el nombre. Sorprendido me volví y fui hacia él. Me invitó a visitarle en su despacho el día siguiente. Fui y la primera cosa que me preguntó fue si quería hacer uso del derecho que la ley me facultaba de pedir bankrupcy (bancarrota, concurso de acreedores). Le expliqué que no pretendía fallarle a los que confiaron en mí porque que eso les transferiría mi situación comprometedora a ellos y a sus familias. Pensaba pagar en la medida que fuese pudiendo. Al día siguiente toda la pesadilla había desaparecido.

Uno bien podría imaginar que mi conversión estuvo directamente relacionada con ese acontecimiento “misterioso” que cambió mi destino en 24 horas. Posiblemente hoy un hecho de esos fuese suficiente como para despertarme y a ponerme a pensar. Pero no fue eso lo que pasó. Paradójicamente no se debió a ese factor positivo, sino que a uno negativo.
Y es que en los más insoportables momentos de mi depresión empecé a sentir el impulso de entrar en alguna iglesia. Era el único sitio en que no sentía miedo y conseguía algunos instantes de paz. Entorpecido, no lo entendía pero me funcionaba. Tenía que repetirlo varias veces al día para poder seguir enfrentando la vida y fue eso que terminó aproximándome a la Iglesia. El paso natural siguiente fue empezar a acudir a la Misa a diario y entonces, un bello día tuve la inolvidable experiencia de mi verdadera conversión, sobre la cual hablo con más detalle en otro lugar de este sitio.

Pero todo eso ahora ya se ha quedado en el pasado. Lo único que sobrevivió ha sido mi despertar religioso, una profunda conversión que se dio en Gibraltar.


Presentemente, sin grandes ambiciones en la informática llevo una vida bien menos estresante. Mantengo un pequeño negocio de web design profesional, al cual puedo llevar sin perjudicar la nueva ocupación principal que he abrazado, la que ahora se merece mi prioridad: las cosas de mi fe y la Iglesia.


Dispongo de varios sitios para mi actividad profesional. Dos de ellas son estas: www.gibtrade.net y www.webfactoryonline.co.uk

Formación Profesional La Heráldica, más encanto y status que negócios... Uu nuevo proyecto informático ¿Seguro que “de esa agua” no beberé? Retomada del proyecto inicial... Y la quiebra Al final de lo malo resultó lo bueno. En la actualidad, de esta vez con la ayuda de Dios.

Habiendo compartido mis aventuras y desventuras laborales me gustaría reconducir el tema a lo que es el objeto de esta web personal: posibilitar un mejor relacionamiento con mis hermanos de las varias áreas de actividades en que me ocupo. El tiempo que dispongo hasta el día que el Señor me llame lo reparto entre mi familia, trabajo, la fe y las actividades de que participo, tratadas en las distintas secciones de esta web, las cuales constituyen mi razón para seguir trabajando.

Lo siguiente nada tiene a ver directamente con asuntos de la fe ni con el propósito real de esta web, pero estoy habituado a que antes o después fatalmente llegue la pregunta: ¿A que te dedicas; que haces / hacías para ganarte la vida; en qué trabajas / trabajabas etc.?

Sin embargo este es el medio por el cual trato de alcanzar mis fines, los cuales son las otras ocupaciones explicadas aquí.


Soy analista de sistemas por formación (DATAMEC BR, IEEE 4360616 USA, otros) – Grade PM) y en la actualidad estoy retirado del área de computación, en donde he trabajado la mayor parte de mi vida, desde sus primordios. Desde el tiempo de aquellos dinosaurios que ocupaban un par de plantas para producir casi nada, si comparados a una simples PDA o un tablet de hoy. Sistemas esos en que los analistas de sistemas y programadores teníamos que hacerlo todo sin la ayuda de una pantalla y un teclado. Solo con lápiz y papel y una calculadora con el tamaño de una caja de zapatos, y de los grandes.  Una de mis especialidades en la época fue el desarrollo de algoritmos para calculo probabilístico en redes PERT y CPM.


En el área de programación cursé Ingeniería de Software (Pontificia Universidad Católica BR) y desarrollé software en la mayor parte de los lenguajes de la época, de bajo y alto niveles; Assambly 8080 / 8085, FORTRAN, COBOL, PL1, P203 (Olivetti), dBase, Clipper, Basic, Turbo Basic, Pascal, Turbo Pascal, C, C+, PL Psion, scripts y algunos más, menos conocidos.

(Había cursado anteriormente arquitectura pero ya en mis primeros pasos de experiencia práctica en la profesión pronto descubrí que aquello no era para mi, o mejor, viceversa…)


Concluyendo el tema de los sistemas, durante un par de décadas he trabajado como consultor de empresas. Empecé como systems efficiency engineer en una multinacional holandesa (The Installation Efficiency Engineering), pasé a supervisor y más tarde me establecí por cuenta propia, habiendo sido consultor de unos dos centenares y medio de compañías de varios países, incluidas multinacionales como Kodak, The Sidney Ross Labs, Remington Rand Corporation o instancias gubernamentales como la Presidencia del Gobierno de Brasil, Presidencia de la Republica de Portugal y otras instancias como alcaldias, camaras de comercio y unidades militares.

Había una incorporadora que tenia un proyecto para construir el mayor edificio comercial de la ciudad, de gran complejidad estructural.

A esas alturas, ya no necesitaba más lavar platos y toilettes. Ya había subido en la escala social,  estaba pintando signboards con mi hijo mayor en nuestro pequeño negocio por cuenta propia.


Entonces un lindo día, por recomendación de alguien que conocía mi historia, se nos apareció en el workshop el ejecutivo de la mencionada incorporadora.

El hombre abrió en la mesa un abultadísimo juego de plantas que representaban un verdadero puzzle tridimensional lleno de ángulos y me preguntó si seriamos capaces de hacerle una maqueta de arquitectura con aquello. Por el estado de aquellas inmensas hojas, debido a su manoseo, anotaciones, marcas, croquis y garabatos creo que habrían circulado por toda la región.

Además quería hacerla en proporciones fuera de lo normal porque era para una exhibición pública. Bien, como el público tendría acceso a ella, debería también ser construida en módulos para permitir levantar los pisos y poder verse su interior (cuyo interior era distinto de un piso para el otro), y por fin, ya que debería resistir al “furor publico”, en vez utilizar los materiales convencionales para la confección de maqueta que la hiciéramos en plywood. (¡se quedó tan fuerte que todavía la tienen en su oficina!).


Ver aquello me provocaba mariposas en el estomago, pero estaba en juego un dinero que no veíamos hacia tiempo… y terminé aceptando.

De repente yo que no quería más oír hablar sobre el tema, conseguí escalar otro peldaño cambiando el contingente signwriting por… maquetas de arquitectura.  Ya estaba más cerca de retomar mi proyecto original. Maquetas de arquitectura. Hasta que en fin, el tiempo y esfuerzo gastados con mi training de arquitecto me había salido providencial…. Pues, “terminé bebiendo de aquella agua…”


A propósito, la gigantesca maqueta fue para el ICC – International Commercial Centre en Main Street, construida con la participación de toda mi familia. Trabajamos hasta los finales de semana, incluso hasta la noche de Navidad para cumplir los plazos. Una persona vecina que acompañó toda esa epopeya, para mi gran alegría, la vine a reencontrar en el cursillo.

 (Muchos años después aquel cliente me confesó que se había aprovechado de mí en el precio.  Con el tiempo y más experimentado, ya me había dado cuenta de aquello, pero de cualquier forma se lo agradecí porque me fue providencial en aquel momento. Dios no me dejó perder.)